
Impacto consciente
«Los destinos que no trabajen con criterios sostenibles lo tendrán difícil para sostenerse»
La Oficina de Sostenibilidad de Turismo de Navarra acompaña e inspira al sector hostelero a ser más consciente con el entorno.
10/09/2025
En el corazón de Bilbao, el Aitaren Boulevard recupera la esencia de un espacio mítico con una propuesta de hostelería que une patrimonio, producto local y compromiso con el planeta.
Impacto consciente
Inma Mora Sánchez
Hay locales que te transportan a otro tiempo con solo cruzar su puerta. Uno de ellos es el espacio que hoy ocupa Aitaren Boulevard Bilbao, ubicado en el histórico edificio que albergó el Café Boulevard, inaugurado en 1876 como sucursal del Café Suizo. Aunque ha sido reformado y actualizado, el establecimiento ha sabido mantener su esencia. Hoy, su reto principal es seguir abierto muchos años, combinando el respeto por el patrimonio histórico, cultural y gastronómico de Bilbao con un compromiso claro por un futuro más sostenible. Con ese objetivo, el equipo de Aitaren ha tomado algunas decisiones para reducir su impacto ambiental como medidas de ahorro energético o una correcta gestión de residuos y otras que requieren una inversión mayor. Como explica Jesús Abundio, director de operaciones del grupo, «es una inversión que, a la larga, te da sus frutos y éticamente, te sientes mucho mejor». Este esfuerzo ha sido reconocido en la última edición de los Premios Sin Huella, un reconocimiento que refuerza el valor de apostar por una hostelería que cuida tanto el legado del pasado como el entorno del futuro.
Pasado ilustre, presente sostenible
Durante más de 130 años, el Café Boulevard fue un referente de la vida social bilbaína. Fundado por la familia Pérez Yarza, impulsora de la cervecería La Salve y de otros locales históricos de la ciudad, este emblemático espacio acogió tertulias sobre política, arte y cultura. Por sus mesas pasaron figuras como Miguel de Unamuno, Vicente Blasco Ibáñez o Ramiro de Maeztu. Como recordó el periodista vasco Carlos Bacigalupe en un artículo publicado poco antes de su cierre, en 2006, el Café Boulevard fue «testigo activo de la vida local, protagonista, en ocasiones, de diferentes hechos históricos». Su desaparición suponía una pérdida enorme para quienes lo sentían ya como parte de su historia personal. Hoy, el equipo de Aitaren Boulevard es muy consciente de la responsabilidad que supone iniciar una actividad en uno de los locales con más historia de Bilbao. «Queremos que vuelva a ser un lugar de referencia para los bilbaínos y las bilbaínas», explica Jesús Abundio. Por eso, están llevando a cabo distintas acciones para recuperar y poner en valor ese patrimonio cultural, devolviéndolo a la ciudad y a sus vecinos. Una de ellas ha sido la instalación de una placa conmemorativa que recuerda el lugar donde, en 1999, se fundó la Orden Botxera de Farolín y Zarambolas, y donde recientemente se ha producido su reencuentro.
El local sigue conservando el estilo art déco de la remodelación que se hizo durante los años 20 y muchos de los elementos originales, como el suelo o las vidrieras. Pero toda esta historia también integra la última tecnología para hacer de este espacio un lugar sostenible y eficiente. «Somos conscientes de que en la hostelería se consume mucha energía, por eso hacemos todo lo que está en nuestra mano para que nuestro local sea lo más sostenible posible», explica Abundio. Entre otras medidas, Aitaren cuenta con electrodomésticos de última generación para lograr la máxima eficiencia energética, así como iluminación de bajo consumo y un sistema de climatización optimizado para evitar pérdidas de calor o frío. «Nuestros aires acondicionados reciclan el aire para consumir menos energía. Los electrodomésticos son de última tecnología para consumir lo mínimo e, incluso, el carbón es especial para aguantar mucho más el calor y consumir menos cantidad», explica el responsable. Además, también se trata de reducir al máximo el consumo del agua: «Todas las cisternas son de doble descarga, y los grifos llevan aireadores. Todo está temporizado para evitar el derroche», afirma Abundio.
Optar por materia prima de proximidad es algo que no solo reduce la huella de carbono asociada al transporte, sino que también impulsa la economía local, fortalece los vínculos con pequeños productores de la zona y asegura un buen producto de calidad. «A nuestros clientes les explicamos todo: la raza, la maduración, los sabores. Creemos que conocer el origen dignifica el producto y nuestro trabajo», añade. Pero para que ese compromiso llegue del campo a la mesa sin contradicciones, también se exige responsabilidad a quienes forman parte de la cadena. Consumir menos carne, pero de mayor calidad y con garantías de origen, es también una forma de cuidar el planeta. «Trabajamos con ganaderías con certificado de bienestar animal. Cuanto mejor esté tratado el animal, mayor es también nuestra tranquilidad como hosteleros», explica Abundio. Y esa exigencia se extiende también a cuestiones más prácticas, como el uso de materiales y embalajes: «A los proveedores les estamos pidiendo envases biodegradables o retornables. No queremos más plástico del necesario», añade.
En Aitaren son muy conscientes de que la sostenibilidad también debe abarcar el compromiso con el bienestar de las personas que conforman el equipo. La reducción de la rotación laboral, habitualmente alta en el sector de la hostelería, ha sido uno de los logros más significativos del proyecto. Para conseguirlo, se han puesto en marcha medidas como la implantación de un seguro médico privado para toda la plantilla, el desarrollo de herramientas digitales para la gestión interna, y un ambicioso plan de formación continua. Cuidar las relaciones, con empresas proveedoras, con el equipo y con la comunidad, es fundamental para cualquier establecimiento que quiera construir un proyecto con raíces y, también, con futuro. Abundio asegura que trabajan para que exista una cultura organizativa basada en el respeto, la igualdad de oportunidades y la inclusión de la diversidad. Esta visión integral de la sostenibilidad, que sitúa en el centro tanto el cuidado ambiental como el humano, forma parte del modelo que quieren consolidar: una hostelería responsable, moderna y comprometida.
Aunque recibir premios no sea el objetivo principal, el reconocimiento de los Premios Sin Huella ha supuesto un impulso para seguir avanzando. Como explican desde la dirección del grupo: «Nunca hicimos esto buscando un reconocimiento. Pero cuando llega, te das cuenta de que algo estás haciendo bien. Te anima, te motiva y te enfoca». Tras este reconocimiento, el equipo de Aitaren Boulevard se ha planteado nuevas acciones para reducir aún más su huella de carbono, con el objetivo de alcanzar el consumo eléctrico cero a medio plazo. Y es que, aunque hoy el antiguo Café Boulevard evoque épocas pasadas, en su origen fue un lugar abierto a la innovación, las ideas y los cambios. Mantener ese espíritu de evolución y compromiso con los retos actuales (como la sostenibilidad) es la mejor forma de honrar su historia.