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Impacto consciente | 25/04/2024

Por Sol Acuña

Cuando el envoltorio también es importante

Desde el reparto de productos a los establecimientos a los paquetes de comida a domicilio, los envases son (y seguirán siendo) imprescindibles para el sector de la hostelería. Sin embargo, su forma está cambiando: cada vez existen más soluciones que permiten reducir su impacto ambiental mientras se gana eficiencia o se fideliza a nuevos clientes.

Cuando el envoltorio también es importante

Aunque se suele decir que «el envoltorio no importa si el contenido es bueno», cuando se trata de cuidar nuestro planeta, cada detalle cuenta. Y, en lo que respecta a la hostelería, los envases representan un desafío especialmente relevante: desde recipientes para transportar la comida –generalmente, a domicilio– hasta envoltorios de alimentos, el sector de la hostelería está reimaginando su enfoque hacia los envases, buscando soluciones positivas que minimicen el impacto en el medio ambiente. En un esfuerzo por abordar las preocupaciones ambientales y adoptar prácticas más sostenibles, surgen oportunidades para implementar cambios que no sólo reduzcan los residuos, sino que también fomenten la responsabilidad ambiental.

El uso de envases en la hostelería no solo repercute en cuestiones de utilidad y presentación, sino también un compromiso con la acción climática. Los materiales tradicionales como el plástico, el cartón o el aluminio han sido el centro de atención en la conversación sobre la reducción de residuos, pero hay otras alternativas que merecen ser destacadas por su positivo impacto ambiental.

El impacto del plástico

El plástico ha sido durante mucho tiempo un material omnipresente en la industria de la hostelería debido a su versatilidad y durabilidad. Desde envoltorios individuales para cubiertos hasta envases para llevar, el plástico ha facilitado la logística y la higiene en un entorno exigente como la restauración. Sin embargo, su utilidad ha dado lugar a un problema ambiental significativo: la acumulación de desechos plásticos. Desde 2022, en España contamos con el Real Decreto de Envases y Residuos de Envases, una norma que escala en ambición a la hora de establecer medidas para implementar la economía circular y cumplir con unos objetivos en materia de reciclaje, compostaje y reutilización de envases. Pero ¿cómo puede el sector de la hostelería contribuir a una mejor gestión del uso de los envases para alinearse con los valores de sus clientes sin perjudicar sus procesos? 

La Plastic Free Foundation, una de las organizaciones internacionales más influyentes en materia de eliminación de plásticos, considera que los establecimientos hosteleros pueden hacer un análisis de la basura que generan como una forma empírica de detectar aquello que puede ser compostado, reciclado o directamente sustituido por una opción biodegradable o reutilizable. Este proceso ayuda a determinar con mayor claridad de cuáles de esos productos se puede prescindir para sustituirlos por otros que no se desechen a diario. 

Una de las opciones más prometedoras es la adopción de envases fabricados con rPET 100%

Cuando el plástico se convierte en una opción sostenible

Una de las opciones más prometedoras para reducir el impacto medioambiental de la hostelería es la adopción de envases fabricados con 100% rPET (polietileno tereftalato reciclado). Estos envases se producen a partir del reciclaje de botellas de plástico PET –un tipo de plástico de alta calidad que puede tener muchas vidas–, lo que reduce la dependencia de materias primas y disminuye la cantidad de desechos plásticos en vertederos y océanos. Se trata, así, de una alternativa eco-friendly que no compromete la calidad ni la durabilidad, lo que los convierte en una opción atractiva para el sector de la hostelería.

Al adoptar el plástico reciclado (rPET) de manera más amplia y ambiciosa, el sector no sólo reduce su impacto ambiental, sino que también envía un mensaje claro sobre su compromiso con la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente. Este enfoque beneficia a los negocios al mejorar su imagen y eficiencia, pero también contribuye positivamente a la salud de nuestro planeta.

Envases con conciencia

Para abordar el desafío del uso excesivo de envases en el sector es fundamental implementar medidas para evitar que se produzcan desechos. Por ejemplo, fomentando la compra a granel, una medida muy efectiva para reducir el uso de envases en la hostelería. Los establecimientos pueden optar por esta opción en lugar de comprar ingredientes y productos en envoltorios individuales o empaquetados. Esto no solo reduce la cantidad de envases utilizados, sino que también puede ayudar a reducir los costes. Además, se puede promover el uso de recipientes ecológicos producidos con materiales reciclados o biodegradables entre proveedores y clientes, lo que reduce el impacto ambiental a lo largo de la cadena de suministro.

Por otro lado, el aumento del reparto de comida a domicilio merece especial atención, pues genera un significativo impacto económico, pero también ambiental –en este caso, casi siempre se entrega la comida en recipientes desechables– Para revertir esta situación, los establecimientos pueden ofrecer envases reutilizables o contenedores retornables. Es decir, que los clientes puedan optar por recibir su comida en recipientes que puedan devolver en su próxima entrega o visita al restaurante. Medidas que se pueden fomentar a través de incentivos como, por ejemplo, que a aquellos clientes que devuelvan los envases vacíos se les ofrezca un descuento en su próxima consumición. Esto no solo reduce la cantidad de material desechado, sino que también fomenta la conciencia sobre la importancia de la reutilización (y ayuda a fidelizar a nuevos clientes).

La revolución de lo retornable

Una alternativa para la reutilización de los envases es la posibilidad de materiales retornables. El vidrio ha emergido como un material destacado debido a su capacidad de ser reciclado sin límites, lo que lo convierte en una opción ideal para la hostelería. Los envases de vidrio retornables permiten a los establecimientos reutilizar, por ejemplo, las botellas, minimizando así la necesidad de producir nuevos envases y reduciendo los desechos. Cada botella de vidrio retornable tiene una vida media de seis años, lo que equivale a unas 25 vidas. Es el material estrella de la hostelería por su alta capacidad de reciclaje y por su transparencia.

En términos de economía circular, los envases retornables de vidrio son un ejemplo sobresaliente. Al fomentar la reutilización de las botellas, se cierra el ciclo de vida del producto, minimizando así la extracción de materias primas y la generación de residuos. Este enfoque también promueve una mayor conexión entre los productores, los establecimientos y los consumidores, creando una comunidad comprometida con el cuidado del entorno. 

Adoptar prácticas de embalaje sostenibles y promover una cultura de responsabilidad ambiental, es clave para la lucha contra el cambio climático.

La importancia de los pequeños gestos

Al adoptar prácticas de embalaje sostenibles y promover una cultura de responsabilidad ambiental, la hostelería puede convertirse en líder en la lucha contra la contaminación plástica y el cambio climático. Además, la implementación de campañas de concienciación sobre la reducción de residuos y la importancia del reciclaje puede ayudar a cambiar los hábitos de consumo y fomentar una mentalidad más consciente entre la ciudadanía. Los establecimientos pueden ofrecer información sobre prácticas responsables y alternativas de envases a través de carteles, folletos o campañas en redes sociales. La educación y la concienciación son fundamentales para fomentar cambios en el comportamiento tanto de los establecimientos como de los clientes. Y qué mejor momento para asimilar hábitos sostenibles que tomando algo con un amigo, comiendo con la familia o disfrutando de los sabores de tu restaurante favorito en casa sabiendo, además, que estás contribuyendo a construir un futuro mejor.