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Impacto consciente | 22/05/2024

Por Laura Cano Coca

Calle Laurel (Logroño): tapas, vinos y acción climática

Esta emblemática calle, famosa por sus tapas y vinos, se está convirtiendo en un modelo que demuestra cómo los negocios pueden fusionar la excelencia culinaria con prácticas respetuosas con el medio ambiente.

La Climateria - Ruta La Rioja

Visitar Logroño siempre es una gran idea. Buena gente, excelentes vinos y deliciosas tapas presentan un lugar en el que el placer de los sentidos se convierte en protagonista. En los últimos años, muchos de los establecimientos de la ciudad tienen un enfoque más consciente y respetuoso en sus acciones. Desde el año 2019, más de 75 establecimientos logroñeses han puesto en marcha iniciativas a favor de la acción climática. Alrededor de 67 de ellos están localizados en la calle Laurel y circundantes. Imagina entrar en uno de los establecimientos y descubrir una experiencia culinaria que va más allá del placer del paladar. Aquí, cada plato cuenta una historia de respeto por la tierra y la comunidad. El eje central de este compromiso con el clima está en los productos de proximidad y la economía circular, lo cual reduce drásticamente la emisión de CO2 a la atmósfera, dado que su oferta de más de 2.000 tapas y sus vinos con Denominación de Origen Rioja tienen en la tierra de esta riquísima región su base y su esencia, como no podría ser de otra manera. 

El eje central del compromiso con el clima de La Laurel está en los productos de proximidad y la economía circular.

Asador El Muro restaurante

Fundado el mismo año de la caída del muro de Berlín, (en 1989, de ahí su nombre) este restaurante ofrece comida casera riojana basada en productos de temporada, de km 0 y cocina de mercado. Trabajar con proveedores locales posibilita el ofrecer productos frescos y ricos y, al mismo tiempo, empujar la economía local mientras se reduce drásticamente la emisión de CO2 a la atmósfera. Entre sus recomendaciones está un bollito relleno de picadillo de chorizo con huevo de codorniz y pimiento morrón. 

Conscientes de la importancia del cuidado del entorno, este establecimiento pone en práctica un consumo ecológico y responsable empleando criterios ambientales a la hora de realizar la compra de sus productos o gestionar el desperdicio de alimentos. Los uniformes y ropa de trabajo también tienen importancia en este establecimiento y están confeccionados con tejidos naturales, ecológicos y sostenibles. «Nuestra motivación para unirnos a estas iniciativas climáticas ha sido defender el planeta. Es bastante esfuerzo, pero lo hacemos por convicción. Por ejemplo, antes teníamos dos cubos de basura y ahora tenemos diez: reciclamos plástico, vidrio, papel, etc. Creemos firmemente que este compromiso debería ser global, de todos los países», explica Adolfo Sáenz, dueño del establecimiento.

La Tavina

Su oferta se centra en el vino con denominación de origen y la gastronomía local a través de tres espacios tematizados: bar, vinoteca y restaurante. A su vez, el establecimiento cuenta con una tienda en la que disponen de alrededor de 400 referencias, resultado de una cuidada selección en la que resalta el buen criterio y la diversidad. Ganadores del Primer Premio del XIV Concurso de Tapas de La Rioja Capital, la carrillera de cerdo al vino tinto de La Rioja o las chips de alcachofas de temporada son algunas de sus tapas más exitosas. 

Pero además de por su gran variedad de tapas –estandarte del tradicional «tapeo» de la calle Laurel– y vinos, La Tavina también se caracteriza por sus acciones a favor del clima. Tal como cuenta Javier Antoñana, encargado del local: «En este momento estamos cambiando toda la iluminación a bombillas LED y tenemos un contrato de energía eléctrica de origen 100% renovable. Además, nos está dando muy buen resultado el minimizar el consumo de agua y evitar su desperdicio, así como gestionar muy bien los residuos». Las acciones climáticas implementadas por el restaurante no solo tienen un impacto positivo en el medio ambiente, sino que también ofrecen una serie de beneficios tangibles para sus clientes y la comunidad en general. Por ejemplo, al trabajar con proveedores locales, La Tavina garantiza la frescura y calidad de sus platos, brindando a los comensales una experiencia gastronómica auténtica e impulsando la producción de la zona. Al adoptar prácticas de gestión de residuos más eficientes, el restaurante también contribuye a la conservación de los recursos naturales y a la disminución de la contaminación ambiental. «Nosotros aconsejamos a otros establecimientos, a toda la ciudadanía y todas las empresas a que se unan a este tipo de iniciativas contra el cambio climático. Queremos mejorar la calidad de vida de las personas ahora y para el futuro» concluye Antoñana.

Javier Antoñana: «nos está dando muy buen resultado el minimizar el consumo de agua y evitar su desperdicio, así como gestionar muy bien los residuos»

Restaurante Txebiko

Lleva más de 100 años siendo referencia de la gastronomía riojana, a la que hoy aporta un toque de modernidad y de cocina de autor gracias a su chef y propietario, José Luis Vicente «Txebiko». El producto de calidad y de proximidad, un gesto en favor de la acción climática, es su seña de identidad. Entre sus platos estrella, siempre de temporada, están las patitas de cordero o las alcachofas riojanas con velo de papada ibérica.

«Nuestra mayor motivación para acometer acciones climáticas ha sido unirnos al movimiento emprendido por la asociación de bares y restaurantes de la calle Laurel. La propuesta nos pareció interesante y quisimos comprometernos», afirma Txebiko. «En cuanto a acciones de futuro, nos seguiremos uniendo siempre que sean viables para el negocio, aunque personalmente pienso que todas estas acciones que surgen de pequeños establecimientos como los nuestros o de ciudadanos particulares necesitan de medidas radicales desde los estamentos gubernamentales», reclama el propietario. 

El restaurante Txebiko ha implementado acciones para reducir su impacto ambiental mediante la puesta en marcha de programas de reciclaje. Así, el establecimiento ha logrado disminuir considerablemente la cantidad de residuos que envía a los vertederos, reciclando materiales como el vidrio, el papel, el plástico o las bombillas. 

También han iniciado estrategias efectivas para reducir el uso de agua y minimizar el desperdicio con la utilización de filtros.  A lo que se suman medidas de eficiencia energética como la utilización de iluminación LED, el compromiso con mantener la temperatura de la nevera a 5ºC y la del congelador -18ºC, y la climatización del restaurante entre 25ºC y 27ªC. Hay que tener en cuenta que bajar en un grado la temperatura provoca alrededor de un 8% más de consumo energético y, por tanto, un aumento de las emisiones CO2.

Pata Negra

Abierto en 1997, su irresistible y original oferta de pinchos, con pequeños bocadillos de queso, jamón, embutidos ibéricos o patés y con más de 60 vinos con denominación de origen procedentes de más de 100 bodegas, el restaurante Pata Negra destaca como un lugar emblemático donde la gastronomía y la cultura se fusionan. Detrás de esta experiencia culinaria única, Pata Negra también está liderando acciones climáticas significativas para reducir su impacto ambiental y promover la sostenibilidad.

Además de su compromiso con ingredientes locales, frescos y de temporada, Pata Negra ha implementado medidas para gestionar eficazmente el desperdicio de alimentos. A través de prácticas de compra y preparación más eficientes, el restaurante minimiza los residuos y maximiza el uso de cada ingrediente. Los excedentes de comida se donan a organizaciones benéficas locales siempre que sea posible, lo que ayuda a combatir el hambre y reduce la cantidad de desechos enviados a los vertederos.

En cuanto al consumo de agua y energía, en Pata Negra han instalado dispositivos de bajo flujo en grifos y se promueve el uso responsable del agua entre el personal y los clientes. Además, el restaurante utiliza tecnologías eficientes para reducir el consumo de energía, como detectores de movimiento para la iluminación y electrodomésticos energéticamente eficientes, lo que supone hasta un 60% de ahorro.