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03/09/2024

Ruta por los chiringuitos y locales malagueños

Reconocida por sus famosos «espetos», Málaga es uno de los lugares favoritos para pasar el verano en la Costa del Sol. Hacemos un recorrido por las acciones climáticas de algunos de sus establecimientos.

Impacto consciente

Sergio Jiménez

La Climatería_Ruta Málaga

Sin duda, Málaga es uno de los destinos preferidos a la hora de pasar unos días de descanso veraniego. Tanto los conocidos «chiringuitos» como el resto de locales de la costa malagueña ofrecen multitud de opciones para gozar de la gastronomía y del entorno natural. Pero, ¿es compatible el disfrutar del verano y la comida local con el cuidado del medio ambiente? Reconocida por los Premios Sin Huella de Hostelería #PorElClima, la Asociación de Hosteleros de Málaga (MAHOS) confirma que es posible. Recorremos algunos de los establecimientos que gracias a sus acciones climáticas ponen en valor el trabajo de los hosteleros en la acción climática.

El Mentidero

Al entrar vemos en la puerta su certificado de calidad ambiental, en el que explican su compromiso con el cuidado del planeta. Daniel Frutos, propietario del local junto a su hermano Alejandro, confirma la importancia de mantener la esencia de siempre pero con conciencia climática: «Nuestro concepto es un chiringuito urbano con productos de kilómetro cero, especialmente, el pescado y los aguacates. Simulamos estar en la playa, pero estamos en pleno centro, donde turistas y clientes nacionales se entremezclan». Explica que, además, calculan «la huella de carbono a final de año para saber dónde podemos mejorar y analizamos el superávit de energía de nuestra maquinaria. Dependiendo del resultado, tratamos de compensar nuestras acciones y hábitos para ser neutros en carbono apostando por energías renovables». Según los propietarios, reducir su huella y utilizar energías renovables son pasos esenciales para minimizar el impacto ambiental. Y lo mejor es que estas acciones también pueden generar beneficios económicos a largo plazo y fortalecer la reputación del negocio, atrayendo a una clientela comprometida con la acción climática y el cuidado del entorno.

Daniel Frutos (El Mentidero): «Calculamos la huella de carbono a final de año para saber dónde podemos mejorar».

La Cueva de 1900

En plena calle Larios encontramos La Cueva de 1900, un local clásico pero muy actualizado en cuanto a conciencia climática. Los criterios de movilidad sostenible están presentes no solo en su flota de motos de reparto, sino también en su aparcamiento para bicicletas y sus estaciones de recarga para vehículos eléctricos. Una vez en la mesa, el equipo de La Cueva de 1900 asesora de manera amable sobre su carta, compuesta por productos ecológicos, de temporada y de origen local. El establecimiento está comprometido con la responsabilidad ambiental e implementa medidas como evitar el goteo de agua en los grifos e inodoros a través de un sistema de ahorro de agua, además de optar por electrodomésticos con ahorro hídrico. También han puesto en marcha numerosas acciones para optimizar el uso de energía como la instalación de interruptores para zonificar la iluminación del establecimiento y el uso de bombillas LE. «Para aprovechar las horas de sol tenemos un protocolo de iluminación automático, lo que nos ayuda a reducir considerablemente la factura y a no desperdiciar energía mientras las condiciones de visibilidad en el local sean óptimas», explican los miembros del equipo. 

El Chiringuito de Lulú: «A pesar de ser una carta con infinidad de productos y sabores internacionales, el producto kilómetro cero para nosotros juega un papel fundamental».

El Chiringuito de Lulú

Acercándonos a las playas del norte de la ciudad, no pasa desapercibido El Chiringuito Lulú, un beach club que hace un guiño a la gastronomía local a la vez que pretende seducir a los paladares más exquisitos. Un local que cuenta con todo lo necesario para disfrutar de la gastronomía, los cócteles y un ambiente festivo cerca de la naturaleza. Conscientes del potencial que tiene su entorno, desde el establecimiento cuidan el medio ambiente a través de las acciones climáticas. «Tenemos aparcamientos para bicicletas con los que queremos fomentar el uso de medios de transportes alejados de los combustibles fósiles y reducir la contaminación acústica durante la noche», destacan desde el establecimiento. Todos los residuos que generan desde que comienza el turno los separan en cuatro contenedores: orgánico, papel y cartón, plástico y vidrio, un escenario que, recalcan, «ayuda a trabajar de manera más ordenada, estableciendo lugares concretos para la manipulación de diferentes productos». Además, la colaboración con productores locales es esencial para el establecimiento ya que, «a pesar de ser una carta con infinidad de productos y sabores internacionales, el producto kilómetro cero para nosotros juega un papel fundamental».

Trocadero Casa de Botes: «Hacemos compost para abastecernos de energía a través de los residuos orgánicos gracias a un sistema innovador».

Trocadero Casa de Botes

No podemos decir adiós a Málaga sin antes dar un paseo por el muelle y la zona del puerto. El latido de la ciudad fluye por las venas que atraviesan las diferentes tiendas y restaurantes colindantes al corazón de la «Farola de Málaga». Es el caso del Trocadero Casa de Botes, un establecimiento de arquitectura malagueña, con paredes bañadas en un blanco brillante y una terraza con vistas inmejorables, convirtiéndose en uno de los lugares más chic para ver el atardecer malagueño. Toda la iluminación, inciden los responsables, «tiene como eje vertebrador un sistema de generación de energía renovable». La reutilización de productos está en su ADN pues hacen «compost para abastecernos de energía a través de los residuos orgánicos gracias a un sistema innovador». Toda la plantilla está comprometida con el cambio climático, y desde la dirección se fomenta activamente la utilización del transporte público o el uso de la bicicleta entre sus empleados y clientes. Este compromiso va más allá del confort y el servicio, extendiéndose a una rigurosa gestión ambiental. Cada detalle en Trocadero Casa de Botes está cuidadosamente pensado para minimizar su impacto ecológico, así, el local no solo asegura una experiencia placentera para los visitantes, sino que también garantiza su apuesta por un turismo más responsable y sostenible.

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