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22/10/2025

Casa Romántica: encanto sostenible en el corazón de Agaete

Más que un restaurante, Casa Romántica es un proyecto que impulsa la producción local, apuesta por la sostenibilidad y cuida de su equipo. Su ejemplo demuestra que la excelencia gastronómica puede ir de la mano del compromiso social, cultural y ambiental.

Líderes del cambio

Inma Mora Sánchez

CasaRomántica

Enclavada en una finca de más de 25 hectáreas, Casa Romántica es mucho más que un restaurante: es un ejemplo de cómo la hostelería puede promover el patrimonio cultural, social y medioambiental. Reconocido por la Guía Michelin y premiado con un Sol Repsol, este restaurante ubicado en el valle de Agaete, en Gran Canaria, es un espacio lleno de historias. Por allí pasaron los poetas Tomás Morales y Alonso Quesada y, en los años 70, se convirtió en un restaurante con una visión pionera. «En 1976, fue regentado por una mujer suiza que llegó a nuestro valle y se enamoró del entorno, de su gente, de sus productos, de su paisaje. Ya entonces hablaba de kilómetro cero: todo lo que se cultivaba en las fincas se utilizaba en la cocina», cuenta Víctor Lugo, gerente de Casa Romántica. 

Cuando en 2019 la familia Lugo, con una larga historia vinculada a la producción de café y vino, compró el restaurante, tenían muy claro que este proyecto debía integrarse plenamente en el territorio. «Abrimos en 2021 y, desde el primer momento, queríamos poner en valor los productos de nuestra isla a través de una gastronomía tradicional y, a la vez, vanguardista», afirma. Hoy, además de restaurante, es un centro de interpretación de la cocina de Gran Canaria donde es posible hacer un recorrido por los productos más destacados de los 21 municipios de la isla.

Casa Romántica
Entrada a Casa Romántica

El amor por el territorio se refleja dentro y fuera de la cocina y se materializa a través de decisiones que van desde la decoración a la elección de proveedores. Por eso, entre otras cosas, optaron por mobiliario reciclado y una decoración que refleja la identidad de la isla, desde cuadros de artistas locales hasta cerámicas tradicionales. El menú se basa en la temporalidad de los productos cultivados en sus fincas y que provienen del entorno más próximo. «Trabajamos siempre de la mano de agricultores y pescadores locales», explica Víctor Lugo.

El amor por el territorio se refleja dentro y fuera de la cocina y se materializa en decisiones que van desde la decoración hasta la elección de proveedores.

Un proyecto local y sostenible

Esa misma visión se refleja también en la finca familiar, La Laja, donde se cultiva el café que se sirve en Casa Romántica. En este paraje, a los pies de Tamadaba, crece la variedad Typica, casi única en Europa, a la sombra de naranjos y otros frutales. Su producción es limitada (unos 1.500 kilos al año) y es resultado del esfuerzo colectivo de familias agricultoras de Agaete, que se han unido para hacer de este café un motor de desarrollo local. «Gracias a un producto como el café hemos conseguido que la gente visite nuestro valle», explica Lugo. «Somos 50 familias las que cultivamos café y colaboramos plenamente entre todas», añade. En la Finca, se encuentra también la Bodega Los Berrazales, donde los vinos completan un paisaje agrícola que une tradición, sostenibilidad y orgullo isleño. Allí, entre naranjos, cafetales y otros frutales, se cultivan cepas como el listán negro, trabajadas de forma artesanal.

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Vistas desde la bodega de Los Berrazales

En Casa Romántica también han impulsado un proyecto de afinado de quesos en colaboración con varias queserías de Gran Canaria. «Trabajamos con la Denominación de Origen Quesos de Gran Canaria, no solamente comprando, sino también afinando y mejorando algunos quesos en el restaurante. Tenemos, por ejemplo, uno con café, otro con la piel de la uva… Es una forma de darle una vuelta más y aprovechar al máximo los recursos», señala Lugo.

«Gracias a un producto como el café, hemos conseguido que la gente visite nuestro valle»

Un modelo integral de sostenibilidad

Pero además de la apuesta por los productos locales y el impulso del territorio, el restaurante Casa Romántica ha implementado más de 40 acciones climáticas para que su actividad económica también sea sostenible. Lugo y su equipo han hecho importantes esfuerzos para ahorrar energía y recursos y gestionar los residuos. Todos sus proveedores deben contar con certificaciones de sostenibilidad, y en el restaurante se separa y recicla vidrio, cartón y otros materiales. Además, implementan un sistema de compostaje para los restos sólidos, que posteriormente se convierte en abono para los árboles del entorno. 

La gestión del agua es también un eje central: el agua de jardines, patios y techos se canaliza hacia aljibes desde donde se reutiliza para riego y se optimiza su consumo para reducir la huella hídrica del establecimiento. En el ámbito energético, trabajan con compañías eléctricas para instalar cuadros de control que minimicen el consumo y utilizan maquinaria y electrodomésticos de bajo consumo. Ahora, están en proceso de incorporarse a una comunidad energética para funcionar con electricidad 100% renovable y preparan la instalación de puntos de recarga para coches y bicicletas eléctricas.

«Queríamos diferenciarnos poniendo en valor nuestro territorio, pero siempre de manera sostenible. Y la gente lo valora muchísimo».

Todas estas medidas no solo tienen un impacto positivo en el entorno, sino que forman parte de una experiencia que demuestra que la sostenibilidad puede ir de la mano de la excelencia gastronómica. Como resume Lugo: «Queríamos diferenciarnos poniendo en valor nuestro territorio, pero siempre de manera sostenible. Y la gente lo valora muchísimo». Pero en Casa Romántica la sostenibilidad no se entiende únicamente desde la perspectiva ambiental: también incluye la dimensión social y el bienestar laboral. «Solamente damos servicio de mediodía porque nos parece muy importante la conciliación familiar y que todo nuestro equipo pueda pasar tiempo con su familia», afirma Víctor Lugo. Esta decisión demuestra que es posible construir un modelo gastronómico en el que la excelencia, la sostenibilidad y el bienestar de las personas convivan en equilibrio. A esta manera de entender la hostelería, se suma la visión creativa de su chef, Aridani Alonso, reconocido como Mejor Chef de Canarias 2024 por la Guía Qué Bueno Canarias, que ha sabido conjugar tradición y vanguardia en un menú que respira territorio y sensibilidad medioambiental.

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Víctor Lugo, gerente de Casa Romántica

Casa Romántica demuestra que la alta cocina no está reñida con la responsabilidad ambiental y social. Al contrario, puede ser un motor de cambio. Desde un valle que parecía quedar al margen del turismo de masas, han construido un modelo que inspira dentro y fuera de Canarias. Y, como dice Lugo, «visitando Casa Romántica, descubres la isla de Gran Canaria a través de sus productos».

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