Cuando hablamos de acción climática, no hay gesto pequeño. Los pequeños locales como la cafetería Huma o el chiringuito Aloha también aportan su granito de arena en el camino por la acción climática.
Impacto consciente
Inma Mora Sánchez
Bares, qué lugares. Los bares son testigos de grandes historias, confesiones, conversaciones y encuentros. Son más que espacios en los que disfrutar de un buen café, un refresco o un pincho. Los bares hacen barrio, hacen comunidad y, también, pueden hacer grandes cosas por el clima y contribuir a generar una mayor conciencia medioambiental entre su clientela habitual.
Este es el caso de Huma, una cafetería de Salou en la que Pili y Jose quieren que sus clientes se sientan como en casa. Esta cafetería abrió sus puertas en 2019 con el propósito de ofrecer un espacio acogedor, donde calidad y sostenibilidad fueran de la mano. Su nombre, Huma, nace de la combinación de las primeras sílabas de los nombres de sus hijos, Hugo y Martina, y refleja el carácter familiar de este proyecto. Desde sus inicios han apostado por productos de kilómetro cero y materiales 100% reciclables. «Entendemos que sin compromiso no podemos avanzar hacia un futuro mejor», explican sus propietarios. «Desde el primer momento, tuvimos claro que el reciclaje sería uno de nuestros pilares, así como el ahorro de agua y el uso de proveedores locales para reducir nuestra huella de carbono».
Pili y Jose, de Huma: «Entendemos que sin compromiso no podemos avanzar hacia un futuro mejor. De ahí que, desde el primer momento, abogamos por un local que impactara lo mínimo posible en el entorno»
Huma se distingue por su oferta de productos de primera calidad y de proximidad, como el café premium orgánico, el vermut artesano de Reus, bollería artesanal y bocatas preparados al momento. «Sin engañarnos», afirman, «el precio tiene un peso importante, pero, en sintonía con nuestra filosofía, elegimos proveedores de cercanía, a menos de 10 kilómetros de distancia y que tengan unos estándares de impacto positivo en el medio ambiente».
«Muchos pequeños gestos hacen más que una única acción aislada» y, por eso, han puesto en marcha diferentes medidas para ser más sostenibles: utilizan reductores de caudal de agua, luces con sensor y han eliminado los plásticos de un solo uso, apostando por envases de vidrio, bambú, papel y otros materiales reciclables. Para minimizar el desperdicio de alimentos, ofrecen descuentos para productos del día y donan aquellos en buen estado. Pili y Jose saben que los pequeños bares también pueden contribuir a promover la conciencia climática entre sus clientes y, por ello, utilizan carteles informativos y comunican sus esfuerzos tanto a través de sus redes sociales como en su local. Tal y como ellos mismos cuentan, estas iniciativas «generan un impacto muy positivo» sobre una clientela que cada vez se preocupa más por la sostenibilidad, «sobre todo las nuevas generaciones, no entienden un mundo sin reciclaje».
Chiringuitos con conciencia
«Aloha es un proyecto nacido en el año 2014 de una forma muy amateur y familiar. Queríamos darle un nuevo enfoque al sector chiringuitos», cuenta Rocío López Bastida, propietaria del chiringuito Aloha en Cartagena. Su ubicación privilegiada en la costa ha contribuido a que esté concienciada de la importancia de tomar medidas respetuosas con el entorno, particularmente con el mar: «Cada año, y en la medida de nuestras posibilidades, hemos intentado ir eliminando de nuestro negocio todo el plástico posible hasta eliminar prácticamente el 90% del que antes utilizábamos», explica Rocío. «Al estar tan cerca del mar, veíamos que muchos de esos productos de plástico acababan en el fondo marino».
En Aloha se utiliza materiales reutilizables y retornables y, cuando no es posible, reciclables: «Todo lo que no puede ser reutilizado intentamos comprarlo de materiales biodegradables», explica Rocío. Además, sus cámaras frigoríficas se alimentan desde hace varios años con placas solares, una de las diferentes medidas que han puesto en marcha para ahorrar energía y agua.
Su compromiso por el medio ambiente también se refleja en una propuesta de productos frescos, de primera calidad y cocinados al instante para poder controlar el género. «Solemos ir a la lonja o a la plaza a por productos del día, de temporada y siempre o casi siempre locales», explica. Esta elección «ayuda al pequeño negocio y a nosotros». Además, muy rara vez tiran comida: «Estoy muy concienciada con la falta y la escasez que tienen otras personas, y esto hace que compremos género con cautela. Yo misma, que trato de forma directa con la clientela, les asesoro e intento que no pidan de más para que no se tire nada».
Al reducir los materiales desechables, Rocío López, de Aloha, afirma haber «ganado en salud para el medio ambiente y salud para nuestro bolsillo»
Todas estas decisiones tienen un impacto positivo en el entorno, pero también en su negocio. Al reducir los materiales desechables afirman haber «ganado en salud para el medio ambiente y salud para nuestro bolsillo». Además, al igual que Pili y Jose, propietarios de Huma, Rocío también ha notado una creciente conciencia climática entre unos clientes que han sabido valorar de forma positiva sus acciones. «La clientela del chiringuito Aloha agradeció en su día –y sigue haciéndolo– el hecho de poder tomarse su bebida en un vaso de cristal o comer pescado fresco al lado del mar en un plato que no sea de plástico».
Esta conciencia también se refleja en pequeñas actitudes que ayudan a mantener la playa limpia, conservando el maravilloso entorno en el que se sitúa Aloha. «La gente intenta recoger todo porque sabe que, con una ráfaga de aire, cualquier cosa se irá hacia la orilla», relata Rocío. En Aloha también disponen de un recogedor especial para colillas: «Este es otro tema con el que estamos concienciados, de hecho, intentamos que nadie fume en nuestras instalaciones».
Los pequeños bares, como Huma y Aloha, nos muestran que no hace falta ser una gran empresa para hacer una gran diferencia. Sus iniciativas no solo ayudan a reducir su impacto ambiental, sino que también inspiran a su comunidad a sumarse al cambio.