Restaurant B-CREK, cuando la movilidad forma parte del menú
Una movilidad libre de CO2 puede parecer una utopía cuando hablamos de hostelería, sin embargo, el compromiso y la innovación han conseguido que el restaurante B-CREK se convierta en un digno representante de una movilidad respetuosa con el entorno.
Líderes del cambio
Irati Diez Virto
Situado en la localidad Olot, capital de la comarca de La Garrocha, en Girona, nos encontramos el restaurante B-CREK, un establecimiento con un concepto gastronómico de cocina sencilla, global y con productos de proximidad y de gran calidad. Este municipio, rodeado de áreas naturales protegidas y paisajes espectaculares, limita con elEspacio Natural Protegido de Alta Garrotxa y con las Sierras de Milany-Santa Magdalena y Puigsacalm-Bellmunt. Esta relación con la naturaleza ha generado un compromiso con el cuidado del entorno. «Desde los inicios hemos apostado por un modelo de negocio aplicando la acción climática; lo llevamos en nuestro ADN», explica Josep Maria Nogué, gerente del restaurante. «Nuestra filosofía como emprendedores era crear un modelo de empresa teniendo en cuenta no solo los aspectos ambientales, sino también la responsabilidad económica y el compromiso social».
Compromiso desde el origen
El primer local (B-CREK Clarà) se abrió en 2001, con la ilusión de tener un negocio propio de restauración después de una amplia trayectoria profesional en el sector. Cinco años más tarde, Josep Maria y su equipo decidieron inaugurar un segundo local, B-CREK Solfa. Con un concepto totalmente innovador de restaurante casual food, ambos locales triunfaron. «Todo empezó con los bocadillos. Para decidir el nombre, hicimos una mezcla etimológica y onomatopéyica: extrajimos la B de la palabra “Bocata” y “CREK” es el resultado del sonido que hace el pan crujiente cuando se parte. Eso sí, la B la pronunciamos en inglés, y ¡por eso nos puedes llamar “Bi-CREK”!», explica Josep Maria.
En B-CREK tienen clara su responsabilidad con su territorio, de ahí que ya en 2013 se acreditaran con la CETS (Carta Europea de Turismo Sostenible) con el compromiso de llevar a cabo acciones climáticas en su actividad y colaborar con los gestores del espacio protegido. También obtuvieron la acreditaciónAMED, un programa que tiene por objetivo promover la alimentación mediterránea como modelo de alimentación saludable e impulsar la acción climática en los restaurantes. En 2015 participaron en el proyecto europeoEFENTUR, en el que también participó la Universidad de Girona, en el que realizaron una auditoría y estudio sobre el consumo energético del establecimiento. También forman parte del proyectoVías verdes #PorelClima dentro deVies Verdes de Girona. Su implicación con el medio ambiente es total.
B-CREK ha dado un paso más allá al integrar una furgoneta eléctrica en su flota de reparto, implementando lo que llaman ‘ecodelivery’.
El cuidado en movimiento
B-CREK lleva quince años apostando por un servicio a domicilio innovador y ecológico. Desde sus primeros pasos, el restaurante ha sido pionero en la implementación de soluciones de movilidad libres de emisiones, comenzando con el uso de bicicletas eléctricas para sus repartos. Esta estrategia evolucionó con el tiempo, incorporando motos eléctricas que aportaron mayor eficiencia sin comprometer su huella ambiental.
En su búsqueda constante por minimizar el impacto ambiental, B-CREK ha dado un paso más allá al integrar una furgoneta eléctrica en su flota de reparto, implementando lo que llaman ecodelivery. Este avance ha permitido reducir significativamente la huella de carbono, reafirmando el compromiso del restaurante con la acción climática y demostrando que es posible ofrecer un servicio eficiente y ser responsable con el planeta.
Otro de los problemas medioambientales asociados a la entrega de comida a domicilio es la gran cantidad de envases de un solo uso que se utilizan y desechan. Esto no solo implica un considerable gasto de materias primas para la producción de estos envases, sino también la generación de enormes cantidades de basura, que en muchos casos no se puede reciclar. En respuesta a esta problemática, B-CREK ha implementado una política de envases sostenibles, ofreciendo envases, cubiertos, vasos y pajitas fabricados a partir de materiales reciclados y/o biodegradables, tratando de minimizar así el impacto ambiental desde el origen. Además, las tarjetas de visita y folletos se elaboran con papel reciclado, y las bolsas utilizadas para el reparto a domicilio y para llevar son reutilizables.
Conciencia y pequeñas inversiones
Para asegurar que cada aspecto de su actividad sea lo más respetuoso posible con el medio ambiente, emplean jabón de lavavajillas ecológico, formulado con ingredientes biodegradables. «Buscamos ser más respetuosos con el entorno», destaca Josep Maria, subrayando la filosofía verde del restaurante. Además, reciclan meticulosamente una amplia variedad de desechos, incluyendo vidrio, cartón, plástico y residuos orgánicos, además de reciclar el aceite utilizado en la cocina.
En cuanto a su consumo energético, B-CREK se enorgullece de utilizar energía 100% verde, proveniente exclusivamente de fuentes renovables. Este enfoque refuerza su compromiso con el clima a largo plazo.
Josep Maria Nogué: «El camino hacia la ecoeficiencia lo vamos sembrando poco a poco, con acciones que vamos realizando año tras año».
En cuanto a la procedencia de los alimentos, el establecimiento colabora con productores de confianza de la zona y utiliza producto de temporada: «Siempre priorizamos la compra de productos de proximidad, de temporada y de calidad, para así minimizar los desplazamientos y las emisiones también en este sentido. En verano hacemos gazpacho porque hay tomates, en otoño crema de setas, y en invierno crema de verduras. Además, algunos de nuestros productores están en laGuia Compra a Pagès y otros cuentan con etiquetado de productos éticos, como los deLa Fageda», añade Josep Maria.
Con un concepto innovador y rompedor desde el inicio, y ofreciendo una cocina sencilla, honesta, de proximidad y equilibrada, los clientes de B-CREK siempre han apoyado la implicación del establecimiento con el territorio y el medio ambiente. En este sentido, las palabras de Josep Maria son claras: «El camino hacia la ecoeficiencia lo vamos sembrando poco a poco, con acciones que vamos realizando año tras año. Los clientes nos apoyan, y agradecen lo que hacemos por el planeta».