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15/10/2024

Ecoturismo: cuando la naturaleza es el monumento

Los parajes naturales reciben cada vez más turistas interesados en conectar con las zonas rurales. Un fenómeno en el que la gastronomía se ha convertido no ya en un placer complementario, sino en un atractivo central.

Tendencias

María Cuervo

La Climatería_Ecoturismo

Centrado en minimizar el impacto ambiental, el ecoturismo ha pasado de ser una tendencia poco conocida para convertirse en uno de los principales pilares sobre los que se construye el turismo del futuro. Un ejemplo claro de este auge es el incremento del 31% en la cantidad de viajeros que eligieron pasar sus vacaciones en espacios naturales protegidos en 2023 en comparación con el año anterior, según datos del Informe de Ecoturismo, elaborado por el Observatorio de Ecoturismo en España.

Las empresas dedicadas a este tipo de turismo están cada vez más consolidadas: el 62% llevan operando al menos una década y un 30% han superado ya los 20 años de actividad. En este contexto, el sector de la hostelería en áreas naturales protegidas tiene una oportunidad única por explorar, pues, con un gasto promedio de 38 euros diarios en comida, la hostelería se posiciona como la segunda categoría en importancia para estos turistas, solo superada por el alojamiento. 

 

La fidelización como pilar

Uno de los mayores desafíos –y oportunidades– para el sector de la hostelería en zonas de ecoturismo reside en la fidelización de su clientela. Según el mismo informe, los restaurantes y bares concentran un 55,3% de los clientes recurrentes. Lo que, además de asegurar un flujo constante de ingresos, puede impulsar la conservación y mantenimiento de estas áreas naturales. 

En muchos de estos establecimientos que los turistas visitan con recurrencia es habitual que, además de una buena comida, se fomente el desarrollo de un vínculo emocional con el cliente. Este enfoque de personalización del servicio, junto con una atención meticulosa a la calidad y al respeto por el entorno, fortalece la percepción de autenticidad por parte de los comensales. En un sector donde el contacto con la naturaleza es clave, crear experiencias duraderas y memorables contribuye a afianzar un turismo consciente en el que los clientes, además de disfrutar de la gastronomía, se convierten en defensores activos de la protección del ecosistema.

 

La autenticidad de los platos típicos de la zona y la gastronomía basada en productos de proximidad se ha consolidado como uno de los principales atractivos para los turistas que eligen destinos rurales. El 60,2% de estos viajeros afirma haber disfrutado de platos elaborados con productos locales durante su estancia como su actividad principal, superando a otras actividades populares como la visita a pueblos (58,9%) o la observación de fauna y flora (54,8%). La conexión con el entorno a través del paladar no solo enriquece la experiencia del visitante, sino que también refuerza el valor de lo local, fomentando la economía circular y promoviendo la conservación de las tradiciones culinarias. Así, podemos afirmar que la gastronomía se convierte en un vehículo de conexión entre el viajero y la cultura del lugar, ofreciendo una inmersión profunda en la identidad rural, donde cada plato cuenta una historia del territorio.

 

Perfil del ecoturista

El ecoturista tiene, por lo general, entre 35 y 49 años (en el 37,9% de los casos), cuenta con estudios superiores (74%) y está activo en el mercado laboral (82,9%). En cuanto a su procedencia, los ecoturistas españoles suelen viajar desde Madrid (20,5%), mientras que los turistas internacionales provienen mayoritariamente de Alemania (29,8%).

Respecto al gasto en restaurantes y bares, un 41,6% de los ecoturistas invierte entre 30 y 60 euros diarios en hostelería, seguido de un 37% que gasta entre 15 y 30 euros. Solo un 8,3% destina entre 60 y 100 euros al día, lo que indica que hay una diversidad en el perfil de gasto, pero también un amplio margen de crecimiento. 

Estos datos subrayan las oportunidades de crecimiento para el sector hostelero en áreas naturales cuando se apuesta por un modelo respetuoso con el medio ambiente. La oferta basada en productos de proximidad y la gestión responsable de los recursos no solo atraerá a más clientes, sino que puede fidelizar a aquellos que valoran un consumo consciente y en armonía con la naturaleza.

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