Familia Torres, viticultura sostenible desde la raíz
El vino es un pilar fundamental de la gastronomía española, imprescindible en nuestra cocina y seña del carácter mediterráneo. Sin embargo, en los últimos años la producción vinícola se encuentra en el punto de mira debido a su exposición a las nuevas condiciones climáticas. En un contexto de emergencia climática, ¿cuál es el futuro de la industria del vino?
Líderes del cambio
Elena Vega
En marzo de 2024, el portal Nature Reviews Earth and Environment publicaba un artículo advirtiendo que el calentamiento global y la sequía suponen una amenaza para la elaboración de vino de calidad en alrededor del 90% de las regiones vinícolas costeras y bajas de España, Italia y Grecia. Según el equipo de esta investigación, si la temperatura global aumentase más de 2°C por encima del promedio preindustrial, alrededor del 29% de las regiones vitivinícolas actuales experimentaría condiciones climáticas demasiado extremas para cultivar uvas.
Pero las altas temperaturas no solo ponen en peligro la localización de los cultivos, sino el propio vino, pues están adelantando la maduración de las uvas. Además de dar lugar a un mayor contenido de alcohol en los vinos por el aumento de los niveles de azúcar, se producen otras notas de sabor que desembocan en lo que comúnmente se entiende como «vinos de peor calidad».
Un panorama al que algunas bodegas tratan de adelantarse tomando medidas de mitigación y adaptación al cambio climático. Es el caso de Familia Torres, nombrada la «marca de vino más admirada del mundo» por el ranking anual de la revista Drinks International por los «esfuerzos hechos ante la emergencia climática y por liderar el sector del vino hacia el futuro».
La reducción de la huella de carbono como sello distintivo
«Cuanto más cuidamos la tierra, mejor vino conseguimos». Este ha sido el lema de Familia Torres durante generaciones. Una filosofía que, desde 1870, les ha llevado a trabajar la tierra con el mayor respeto posible y a estar siempre dispuestos a adaptarse a nuevos desafíos. «Los que nos dedicamos al vino vivimos de la tierra y, por tanto, tenemos la responsabilidad de cuidarla para producir mejores vinos», explica Josep Ribas, director de Cambio Climático de Familia Torres.
El compromiso con la sostenibilidad se consolidó especialmente con la llegada de la cuarta generación de la familia al mando de la bodega. Con una visión clara de que el cambio climático es una amenaza directa para la viticultura, Familia Torres ha puesto en marcha numerosas iniciativas orientadas a reducir las emisiones de carbono, proteger la biodiversidad y fomentar la eficiencia energética, entre otros objetivos.
Ribas: «Los que nos dedicamos al vino vivimos de la tierra y, por tanto, tenemos la responsabilidad de cuidarla para producir mejores vinos»
En 2008, la empresa lanzó el programa Torres & Earth, una ambiciosa iniciativa destinada a reducir las emisiones de CO2 de la bodega en un 30% para 2020. No solo lograron alcanzar esta meta, sino que la superaron con una reducción de emisiones del 34%. Para la compañía, este logro no fue un punto final, sino un punto de partida para continuar llevando a cabo acciones más ambiciosas en materia de sostenibilidad. Actualmente, las energías verdes suponen el 39% de la energía consumida por sus bodegas.
La reutilización del vidrio de las botellas o la reducción de su peso son otro ejemplo de las soluciones que los hacen pioneros en materia ambiental. «Rebo2vino es un proyecto coordinado por la FEV (Federación Española del Vino) sobre la reutilización de botellas de vidrio en el sector HORECA (Hoteles, Restaurantes y Cafeterías)», apunta Ribas. «Reutilizar las botellas de vidrio permitiría reducir considerablemente las emisiones de CO2 que genera el sector del vino, así como el uso de recursos, aspectos clave en el contexto actual de emergencia climática. Es el siguiente paso que queremos dar en Familia Torres, después de haber conseguido reducir al máximo el peso de las botellas que utilizamos para nuestros vinos».
Cuidar la tierra
Existe una corriente que busca regenerar los suelos y ecosistemas a través de diversas prácticas. Con el principal objetivo de mejorar la salud del suelo y así aumentar la biodiversidad y absorber carbono, la viticultura regenerativa mira al futuro.
Desde los años 80, y de la mano de Miguel A. Torres, la empresa ha sido pionera en aplicar técnicas de viticultura regenerativa, implementando estos modelos para recuperar la fertilidad del suelo o frenar la erosión y adaptando sus viñedos para tratar de retrasar la maduración de la uva para mantener la calidad de los vinos. «La viticultura regenerativa también nos da la oportunidad de convertir los viñedos y su entorno en ecosistemas naturales. Estamos convencidos de que es el único modelo que tiene sentido en el contexto climático actual», declara Josep Ribas.
Pensando en el futuro, también se está apostando por nuevos terrenos –con climas más frescos y de mayor altitud– para cultivar la viña, así como por recuperar variedades de uvas que son capaces de adaptarse a las altas temperaturas y sequías: «Actualmente, hemos conseguido recuperar más de 60 variedades, aunque nos estamos focalizando en 6 de ellas, las que tienen mayor potencial enológico y capacidad de adaptación. Creemos que con cada botella de vino que elaboramos podemos transmitir a los consumidores nuestro esfuerzo y empeño hacia viñedos y bodegas más sostenibles».
Ribas: «La viticultura regenerativa también nos da la oportunidad de convertir los viñedos y su entorno en ecosistemas naturales»
Líderes climáticos
Miguel A. Torres, actual presidente y consejero delegado de Bodegas Torres, fundó en 2019 International Wineries for Climate Action junto a Jackson Family Wines of California. Se trata de un grupo de trabajo colaborativo cuyo objetivo es reducir las emisiones de carbono en el sector vinícola.
Como resultado de su implicación y compromiso con la descarbonización del sector, en 2023 la revista TIMES nombró al empresario como uno de los 100 líderes climáticos mundiales en la categoría de innovación. «Cuidar de la tierra pensando en futuras generaciones y cuidar de nuestra gente y aquellos que nos rodean (comunidad, colaboradores, proveedores y clientes) son nuestros objetivos», afirma el empresario.
Así, el caso de Familia Torres nos recuerda que el futuro del vino no solo está enraizado en las técnicas tradicionales. En lo que se refiere a esta bebida, que tantos siglos ha recorrido, se requiere atención, innovación y adaptación para seguir siendo pioneros, para seguir cuidando la tierra.