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22/01/2025

Salvar el planeta cambiando los muebles

Las decisiones relacionadas con el mobiliario, lejos de ser meramente estéticas, se han convertido en una herramienta clave de compromiso con el cuidado del planeta. Cada silla, mesa o lámpara puede marcar la diferencia, y los establecimientos que apuestan por un enfoque sostenible están liderando el cambio hacia un futuro más responsable.

Impacto consciente

Rafael Hernández

Mobiliario sostenible
Ilustración: Pigeon Pérez

El diseño de interiores en restaurantes, bares y cafeterías trasciende la estética. Cada pieza de mobiliario, así como cada detalle decorativo, tiene un impacto ambiental asociado. Desde la extracción de materias primas hasta su transporte, uso y eventual desecho. La industria del mueble, tradicionalmente, ha dependido de materiales como la madera, el plástico y el metal, cuyo procesamiento a menudo implica altos costes ambientales: deforestación, emisiones de gases de efecto invernadero y generación de residuos. Sin embargo, las decisiones conscientes en FF&E (Furniture, Fixtures and Equipment), o lo que es lo mismo, «Mobiliario, accesorios y equipamiento», pueden convertir un espacio en un lugar respetuoso con el entorno. Para el sector de la hostelería, la elección del mobiliario debe tener un enfoque integral que considere el impacto ambiental en cada etapa del ciclo de vida de los enseres. Desde la selección de materiales hasta los procesos de producción y su destino final, el respecto al entorno se convierte en el eje central de estas decisiones.

El reciclaje en los muebles

A la hora de planificar el mobiliario, los accesorios y el equipamiento (FF&E) de un establecimiento, la conciencia ambiental puede (y debe) ser una guía  para tomar decisiones que reduzcan el impacto ambiental y refuercen un compromiso con el futuro del planeta. Incorporar materiales reciclados y reciclables en el diseño es una de las estrategias más efectivas. El mobiliario fabricado a partir de plásticos reciclados, maderas recuperadas o metales reutilizados no solo disminuye la demanda de materias primas vírgenes, sino que además prolonga la vida útil de los recursos existentes. Priorizar materiales reciclables garantiza que, al finalizar su ciclo de uso, estas piezas podrán integrarse nuevamente en la cadena de producción, evitando convertirse en residuos. Un ejemplo es la silla 100% reciclable elaborada por Coca-Cola para su uso en la hostelería. Con criterios de ecodiseño, esta silla está fabricada con tecnología de alta eficiencia energética, con ingeniería de última generación, consiguiendo alcanzar una Máxima Eficiencia A rating y reducción del gasto energético.

Incorporar materiales reciclados y reciclables en el diseño es una de las estrategias más efectivas en la búsqueda de mobiliario.

Diseñar y decorar con conciencia

El diseño también desempeña un papel crucial en la búsqueda de mobiliario respetuoso con el entorno. Optar por muebles modulares y reparables permite que los espacios evolucionen sin necesidad de grandes inversiones ni de generación de residuos. Los muebles que pueden adaptarse a nuevas configuraciones o repararse en lugar de desecharse prolongan su utilidad, fomentando una economía circular que prioriza la durabilidad sobre la obsolescencia programada. Un ejemplo destacado es el caso del restaurante Bálamo, en Madrid, con su impresionante jardín vertical construido a partir de cajas y material reutilizado.

Bálamo_Mobiliario
El jardín vertical del restaurante Bálamo.

Además de los materiales y el diseño, la proximidad de la producción es un factor determinante, ya que al elegir fabricantes locales o regionales se reducen las emisiones asociadas al transporte y se contribuye a fortalecer la economía local. Cada kilómetro que evitamos en el traslado de muebles supone una disminución en la huella de carbono, una decisión que, sumada a otras acciones responsables, puede marcar una gran diferencia en el impacto ambiental de un establecimiento.

En cuanto a la decoración, también puede ser una aliada en la conciencia medioambiental, incorporando accesorios funcionales. Las cortinas térmicas o alfombras fabricadas con materiales naturales aportan confort a los espacios y mejoran el aislamiento térmico, reduciendo el consumo energético asociado a la climatización. También podemos fomentar el uso de telas sostenibles como el algodón orgánico, el lino o el cáñamo, que ofrecen mayor resistencia a la vez que cuidamos el entorno. Incorporar estos tejidos en el diseño de interiores eleva la experiencia del cliente, combinando estética y funcionalidad en un marco respetuoso.

Mercado Boanerges_Mobiliario
Mercado Boanerges, caso de éxito por su conciencia climática

Cuestión de procesos e ingenio

Los procesos de fabricación juegan un papel fundamental cuando hablamos de mobiliario, ya que la elección de fabricantes que emplean métodos responsables, minimizando el consumo energético y la generación de residuos, marca la diferencia en el sector. Esta apuesta por el medio ambiente fortalece la relación con consumidores cada vez más comprometidos con la causa ecológica. 

Optar por muebles con certificación de madera sostenible, como el sello FSC (Forest Stewardship Council), es una decisión clave para reducir el impacto ambiental en el sector de la hostelería. Este estándar garantiza que la madera utilizada proviene de bosques gestionados de manera responsable, respetando tanto los ecosistemas como los derechos de las comunidades locales. Además, promueve prácticas que evitan la deforestación y fomentan la regeneración natural, indispensable para quienes buscan equilibrar diseño y sostenibilidad en sus establecimientos.

Optar por muebles con certificación de madera sostenible, como el sello FSC, puede reducir el impacto ambiental.

Elegir piezas de alta calidad y diseño atemporal no solo asegura su longevidad, sino que también reduce la necesidad de reemplazos frecuentes, disminuyendo así la generación de residuos. Un banco que se convierte en estantería o una mesa que se adapta a diferentes espacios no solo aporta funcionalidad, sino que refuerza el concepto de economía circular. El restaurante La Garganta, por ejemplo, ha sabido adaptarse a la herencia de los materiales de la antigua fábrica de harinas donde se sitúa, utilizando las bobinas eléctricas y los restos de la escalera del Caminito del Rey como mesas. 

Y es que, con ejemplos así, la conciencia medioambiental pasa de ser una limitación a convertirse en una oportunidad para innovar, conectar con los clientes y crear un impacto positivo en el mundo. Porque pensar en el planeta también significa cuidar de las personas que lo habitan y, en la hostelería, cada mesa y cada silla pueden contar esa historia.

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